sábado, 31 de enero de 2009

LA HUESPEDA


Sin comerlo ni beberlo
nos han encerrado en el Cuarto Oscuro
- ¡la vida!-
(¡Qué cuarto de hora tan pequeño!)
¡Qué cuarto tan pequeño sin ventanas!
El mío tiene dos puertas eso sí,
una cerrada,
- ¡Y sólo Dios sabe dónde está la llave!-
y la otra de par en par...
Por ella entra y sale la fulana de la angustia......

La dejé entrar en casa,
y me pidió quedarse.
Me pilló en un mal momento,
y la di manta y todo.
Vino para una noche,
y ya va a hacer dos años;...
empezó a meter muebles,
y a adularme los versos...
Otras veces intenta matarme con su vino,
o con su droga barata de existencia...
¡Voy a hacerlo!
Quiero deshacerme de ella......
El abogado dice que no tengo derecho,
que ha pasado el período...
y que ha metido muebles...
y sigo con la Huéspeda.
La zorra de la angustia
anoche llegó mala...
¿Y cómo voy a echarla
si me vino preñada de esperanza?

viernes, 23 de enero de 2009

El Signo Docente



Este, espero, será mi último año en la facultad. Mi segunda y más querida carrera es el Profesorado en Letras (es decir soy "la profe de Lengua"), y como siempre dicen, a quien más quieres es quien más te hace llorar, esta no es la excepción. Asi que esto va dedicado a todos mis colegas y futuros colegas, quienes han elegido esta u otras carreras docentes, con todo el cariño a todos los nacidos bajo este signo!!!!

Los nacidos bajo el signo Docente, se caracterizan principalmente por su gran ingenuidad. Desde hace décadas vienen luchando por un salario digno y a pesar de que los astros le han sido adversos siguen creyendo que lo conseguirán. Cuando el Poder Ejecutivo entra en conjunción con los satélites de la CTERA (gremio docente) y responde a sus reclamos diciendo que ya ganan un salario justo, ellos replican airados que no es "justo" sino "ajustado", DEMASIADO "ajustado". Como consecuencia de su "mala estrella" si bien no son menesterosos llevan una vida austera y de magras ambiciones que suelen "compensar" vendiendo libros, ropa, cosméticos, bijouterie, y trabajando en más de dos turnos (para los de escasa memoria, les recordamos que los turnos son MAÑANA, TARDE, VESPERTINO Y NOCTURNO, pero en algunas jurisdicciones aún existe el turno INTERMEDIO.


Son muy buenos deportistas, ya que el correr de una escuela a otra los mantiene en perfecto estado atlético, corriendo los 500 metros, en bajada o en subida, como pan comido. Tomar el colectivo (bus argentino donde ingresan 60 personas pero hay lugar sólo para 35), repleto en las horas pico, les ha valido la medalla de oro en varias olimpíadas.

Se caracterizan también por ser temerarios y valientes ya que son dados a salir, adónde dé lugar, con 30, 40 y más niños, jóvenes y adolescentes, aunque corran riesgo de perder alguno por el camino. Como todo animal de costumbres, cada vez que se encuentran con un colega al que no ven hace tiempo, sus tres preguntas clásicas son: qué cursos tenés, cuántos chicos tenés en cada curso, cómo es tu directora.

Aman la hora de la salida, el verano y las vacaciones... cortas, muy cortas... aunque se queden en sus casas. Odian corregir, cuidar el recreo, las reuniones de maestros, las reuniones con padres (donde siempre concurren los mismos, es decir, padres de alumnos sin problemas, ya que los padres-problemas, nunca concurren).

Además odian combatir piojos, cucarachas, ratas y hasta alacranes.

Su piedra es el ágata, "a gatas" si pueden vivir con lo que ganan.

Su color, el blanco o el que está fuera de moda.

Su número de la suerte el 3.99 (las 3 cuotas del incentivo del 99 que aún esperan cobrar).

Respondiendo a este perfil, el símbolo que identifica a los nacidos bajo este signo, es una alegoría en la que se mezclan el hommo sapiens y el hommo faber con reminiscencias del cangrejo, ya que sólo caminando de costado pueden llegar hasta fin de mes. Por lo mismo tienen también algo de escorpión, pues el bajo sueldo que ganan los tiene bastante envenenados, el tener algo de piscis impide que el agua les llegue al cuello, mientras que libra les permite alcanzar el equilibrio entre el hambre y las ganas de comer.

Estimados hermanos zodiacales nacidos bajo este signo un tanto perseguido, a pesar de todo, tienen una gran ventaja que los gratifica, que es la conjunción de los cuatro elementos: son aire, tierra, agua y fuego al mismo tiempo. Son tierra porque saben lo que quieren, son aire porque son idealistas, son agua porque saben que su trabajo es vital y son fuego porque con el fuego del amor lo defienden y llevan adelante. Viven perseguidos por la maldición de los famosos "tres meses de vacaciones", que todos buscan, pero nadie encuentra, pero es repetido hasta el cansancio por personas inescrupulosas que ignoran la realidad. Un docente, tiene las mismas vacaciones que cualquier empleado , a pesar de las recomendaciones de la UNESCO. A pesar de ser un profesional de la educación, y no un empleado más.

El docente, es el único profesional que se lleva trabajo a su casa, los sábados y los domingos. Los feriados y durante sus vacaciones, realiza cursos de perfeccionamiento, para aumentar su puntaje y así lograr tener más trabajo. Esta es la realidad, lo demás, un hermoso cuento chino, narrado por un japonés, a un público coreano. Todos se parecen, pero no se entienden entre sí, ya que son distintos y hablan lenguas muy diferentes.

Docente Argentino, que Dios ilumine tu andar por este 2009, un año más, un año menos, un año al fin, donde tendrás que aguantar alumnos insolentes, padres más insolentes que los alumnos, directores que lo único que aman es a su "sillón", jóvenes colegas que no tienen la menor idea sobre una planificación, o un plan de clases, o cómo resolver un problemas por más simple que sea, o a viejos colegas, que ya les ha pasado la edad para jubilarse, pero como no saben qué hacer con sus vidas, siguen al frente de los cursos, sin entender a sus alumnos, que muchas veces, parecen sus bisnietos.

Queridos amigos, que Dios nos proteja, ya que somos una especie al borde de la extinción.

jueves, 22 de enero de 2009

Lo dijo.. sin ponerse colorado... sin soplar ni repetir...


Si la mitad de todo esto es cierto... ya la hicimos!!!




Me presento aquí hoy humildemente consciente de la tarea que nos aguarda, agradecido por la confianza que habéis depositado en mí, conocedor de los sacrificios que hicieron nuestros antepasados. Doy gracias al presidente Bush por su servicio a nuestra nación y por la generosidad y la cooperación que ha demostrado en esta transición.

Son ya 44 los estadounidenses que han prestado juramento como presidentes. Lo han hecho durante mareas de prosperidad y en aguas pacíficas y tranquilas. Sin embargo, en ocasiones, este juramento se ha prestado en medio de nubes y tormentas. En esos momentos, Estados Unidos ha seguido adelante, no sólo gracias a la pericia o la visión de quienes ocupaban el cargo, sino porque Nosotros, el Pueblo, hemos permanecido fieles a los ideales de nuestros antepasados y a nuestros documentos fundacionales. Así ha sido. Y así debe ser con esta generación de estadounidenses.

Es bien sabido que estamos en medio de una crisis. Nuestro país está en guerra contra una red de violencia y odio de gran alcance. Nuestra economía se ha debilitado enormemente, como consecuencia de la codicia y la irresponsabilidad de algunos, pero también por nuestra incapacidad colectiva de tomar decisiones difíciles y preparar a la nación para una nueva era. Se han perdido casas; se han eliminado empleos; se han cerrado empresas. Nuestra sanidad es muy cara; nuestras escuelas tienen demasiados fallos; y cada día trae nuevas pruebas de que nuestros usos de la energía fortalecen a nuestros adversarios y ponen en peligro el planeta.

Estos son indicadores de una crisis, sujetos a datos y estadísticas. Menos fácil de medir pero no menos profunda es la destrucción de la confianza en todo nuestro territorio, un temor persistente de que el declive de Estados Unidos es inevitable y la próxima generación tiene que rebajar sus miras. Hoy os digo que los problemas que nos aguardan son reales. Son graves y son numerosos. No será fácil resolverlos, ni podrá hacerse en poco tiempo. Pero debes tener clara una cosa, América: los resolveremos.

Hoy estamos reunidos aquí porque hemos escogido la esperanza por encima del miedo, el propósito común por encima del conflicto y la discordia. Hoy venimos a proclamar el fin de las disputas mezquinas y las falsas promesas, las recriminaciones y los dogmas gastados que durante tanto tiempo han sofocado nuestra política.

Seguimos siendo una nación joven, pero, como dicen las Escrituras, ha llegado la hora de dejar a un lado las cosas infantiles. Ha llegado la hora de reafirmar nuestro espíritu de resistencia; de escoger lo mejor que tiene nuestra historia; de llevar adelante ese precioso don, esa noble idea, transmitida de generación en generación: la promesa hecha por Dios de que todos somos iguales, todos somos libres, y todos merecemos una oportunidad de buscar toda la felicidad que nos sea posible.

Al reafirmar la grandeza de nuestra nación, sabemos que esa grandeza no es nunca un regalo. Hay que ganársela. Nuestro viaje nunca ha estado hecho de atajos ni se ha conformado con lo más fácil. No ha sido nunca un camino para los pusilánimes, para los que prefieren el ocio al trabajo, o no buscan más que los placeres de la riqueza y la fama. Han sido siempre los audaces, los más activos, los constructores de cosas -algunos reconocidos, pero, en su mayoría, hombres y mujeres cuyos esfuerzos permanecen en la oscuridad- los que nos han impulsado en el largo y arduo sendero hacia la prosperidad y la libertad.

Por nosotros empaquetaron sus escasas posesiones terrenales y cruzaron océanos en busca de una nueva vida. Por nosotros trabajaron en condiciones infrahumanas y colonizaron el Oeste; soportaron el látigo y labraron la dura tierra. Por nosotros combatieron y murieron en lugares como Concord y Gettysburg, Normandía y Khe Sahn. Una y otra vez, esos hombres y mujeres lucharon y se sacrificaron y trabajaron hasta tener las manos en carne viva, para que nosotros pudiéramos tener una vida mejor. Vieron que Estados Unidos era más grande que la suma de nuestras ambiciones individuales; más grande que todas las diferencias de origen, de riqueza, de partido.Ése es el viaje que hoy continuamos. Seguimos siendo el país más próspero y poderoso de la Tierra. Nuestros trabajadores no son menos productivos que cuando comenzó esta crisis. Nuestras mentes no son menos imaginativas, nuestros bienes y servicios no son menos necesarios que la semana pasada, el mes pasado ni el año pasado. Nuestra capacidad no ha disminuido. Pero el periodo del inmovilismo, de proteger estrechos intereses y aplazar decisiones desagradables ha terminado; a partir de hoy, debemos levantarnos, sacudirnos el polvo y empezar a trabajar para reconstruir Estados Unidos.

Porque, miremos donde miremos, hay trabajo que hacer. El estado de la economía exige actuar con audacia y rapidez, y vamos a actuar; no sólo para crear nuevos puestos de trabajo, sino para sentar nuevas bases de crecimiento. Construiremos las carreteras y los puentes, las redes eléctricas y las líneas digitales que nutren nuestro comercio y nos unen a todos. Volveremos a situar la ciencia en el lugar que le corresponde y utilizaremos las maravillas de la tecnología para elevar la calidad de la atención sanitaria y rebajar sus costes. Aprovecharemos el sol, los vientos y la tierra para hacer funcionar nuestros coches y nuestras fábricas. Y transformaremos nuestras escuelas y nuestras universidades para que respondan a las necesidades de una nueva era. Podemos hacer todo eso. Y todo lo vamos a hacer.Ya sé que hay quienes ponen en duda la dimensión de mis ambiciones, quienes sugieren que nuestro sistema no puede soportar demasiados grandes planes. Tienen mala memoria. Porque se han olvidado de lo que ya ha hecho este país; de lo que los hombres y mujeres libres pueden lograr cuando la imaginación se une a un propósito común y la necesidad al valor.

Lo que no entienden los escépticos es que el terreno que pisan ha cambiado, que las manidas discusiones políticas que nos han consumido durante tanto tiempo ya no sirven. La pregunta que nos hacemos hoy no es si nuestro gobierno interviene demasiado o demasiado poco, sino si sirve de algo: si ayuda a las familias a encontrar trabajo con un sueldo decente, una sanidad que puedan pagar, una jubilación digna. En los programas en los que la respuesta sea sí, seguiremos adelante. En los que la respuesta sea no, los programas se cancelarán. Y los que manejemos el dinero público tendremos que responder de ello -gastar con prudencia, cambiar malos hábitos y hacer nuestro trabajo a la luz del día-, porque sólo entonces podremos restablecer la crucial confianza entre el pueblo y su gobierno.

Tampoco nos planteamos si el mercado es una fuerza positiva o negativa. Su capacidad de generar riqueza y extender la libertad no tiene igual, pero esta crisis nos ha recordado que, sin un ojo atento, el mercado puede descontrolarse, y que un país no puede prosperar durante mucho tiempo cuando sólo favorece a los que ya son prósperos. El éxito de nuestra economía ha dependido siempre, no sólo del tamaño de nuestro producto interior bruto, sino del alcance de nuestra prosperidad; de nuestra capacidad de ofrecer oportunidades a todas las personas, no por caridad, sino porque es la vía más firme hacia nuestro bien común.En cuanto a nuestra defensa común, rechazamos como falso que haya que elegir entre nuestra seguridad y nuestros ideales. Nuestros Padres Fundadores, enfrentados a peligros que apenas podemos imaginar, elaboraron una carta que garantizase el imperio de la ley y los derechos humanos, una carta que se ha perfeccionado con la sangre de generaciones. Esos ideales siguen iluminando el mundo, y no vamos a renunciar a ellos por conveniencia. Por eso, a todos los demás pueblos y gobiernos que hoy nos contemplan, desde las mayores capitales hasta la pequeña aldea en la que nació mi padre, os digo: sabed que Estados Unidos es amigo de todas las naciones y todos los hombres, mujeres y niños que buscan paz y dignidad, y que estamos dispuestos a asumir de nuevo el liderazgo.

Recordemos que generaciones anteriores se enfrentaron al fascismo y el comunismo no sólo con misiles y carros de combate, sino con alianzas sólidas y convicciones duraderas. Comprendieron que nuestro poder no puede protegernos por sí solo, ni nos da derecho a hacer lo que queramos. Al contrario, sabían que nuestro poder crece mediante su uso prudente; nuestra seguridad nace de la justicia de nuestra causa, la fuerza de nuestro ejemplo y la moderación que deriva de la humildad y la contención.

Somos los guardianes de este legado. Guiados otra vez por estos principios, podemos hacer frente a esas nuevas amenazas que exigen un esfuerzo aún mayor, más cooperación y más comprensión entre naciones. Empezaremos a dejar Irak, de manera responsable, en manos de su pueblo, y a forjar una merecida paz en Afganistán. Trabajaremos sin descanso con viejos amigos y antiguos enemigos para disminuir la amenaza nuclear y hacer retroceder el espectro del calentamiento del planeta. No pediremos perdón por nuestra forma de vida ni flaquearemos en su defensa, y a quienes pretendan conseguir sus objetivos provocando el terror y asesinando a inocentes les decimos que nuestro espíritu es más fuerte y no podéis romperlo; no duraréis más que nosotros, y os derrotaremos.

Porque sabemos que nuestra herencia multicolor es una ventaja, no una debilidad. Somos una nación de cristianos y musulmanes, judíos e hindúes, y no creyentes. Somos lo que somos por la influencia de todas las lenguas y todas las culturas de todos los rincones de la Tierra; y porque probamos el amargo sabor de la guerra civil y la segregación, y salimos de aquel oscuro capítulo más fuertes y más unidos, no tenemos más remedio que creer que los viejos odios desaparecerán algún día; que las líneas tribales pronto se disolverán; y que Estados Unidos debe desempeñar su papel y ayudar a iniciar una nueva era de paz.

Al mundo musulmán: buscamos un nuevo camino hacia adelante, basado en intereses mutuos y mutuo respeto. A esos líderes de todo el mundo que pretenden sembrar el conflicto o culpar de los males de su sociedad a Occidente: sabed que vuestro pueblo os juzgará por lo que seáis capaces de construir, no por lo que destruyáis. A quienes se aferran al poder mediante la corrupción y el engaño y acallando a los que disienten, tened claro que la historia no está de vuestra parte; pero estamos dispuestos a tender la mano si vosotros abrís el puño.

A los habitantes de los países pobres: nos comprometemos a trabajar a vuestro lado para conseguir que vuestras granjas florezcan y que fluyan aguas potables; para dar de comer a los cuerpos desnutridos y saciar las mentes sedientas. Y a esas naciones que, como la nuestra, disfrutan de una relativa riqueza, les decimos que no podemos seguir mostrando indiferencia ante el sufrimiento que existe más allá de nuestras fronteras, ni podemos consumir los recursos mundiales sin tener en cuenta las consecuencias. Porque el mundo ha cambiado, y nosotros debemos cambiar con él.

Mientras reflexionamos sobre el camino que nos espera, recordamos con humilde gratitud a esos valerosos estadounidenses que en este mismo instante patrullan desiertos lejanos y montañas remotas. Tienen cosas que decirnos, del mismo modo que los héroes caídos que yacen en Arlington nos susurran a través del tiempo. Les rendimos homenaje no sólo porque son guardianes de nuestra libertad, sino porque encarnan el espíritu de servicio, la voluntad de encontrar sentido en algo más grande que ellos mismos. Y sin embargo, en este momento -un momento que definirá a una generación-, ese espíritu es precisamente el que debe llenarnos a todos.Porque, con todo lo que el gobierno puede y debe hacer, a la hora de la verdad, la fe y el empeño del pueblo norteamericano son el fundamento supremo sobre el que se apoya esta nación. La bondad de dar cobijo a un extraño cuando se rompen los diques, la generosidad de los trabajadores que prefieren reducir sus horas antes que ver cómo pierde su empleo un amigo: eso es lo que nos ayuda a sobrellevar los tiempos más difíciles. Es el valor del bombero que sube corriendo por una escalera llena de humo, pero también la voluntad de un padre de cuidar de su hijo; eso es lo que, al final, decide nuestro destino.

Nuestros retos pueden ser nuevos. Los instrumentos con los que los afrontamos pueden ser nuevos. Pero los valores de los que depende nuestro éxito -el esfuerzo y la honradez, el valor y el juego limpio, la tolerancia y la curiosidad, la lealtad y el patriotismo- son algo viejo. Son cosas reales. Han sido el callado motor de nuestro progreso a lo largo de la historia. Por eso, lo que se necesita es volver a estas verdades. Lo que se nos exige ahora es una nueva era de responsabilidad, un reconocimiento, por parte de cada estadounidense, de que tenemos obligaciones con nosotros mismos, nuestro país y el mundo; unas obligaciones que no aceptamos a regañadientes sino que asumimos de buen grado, con la firme convicción de que no existe nada tan satisfactorio para el espíritu, que defina tan bien nuestro carácter, como la entrega total a una tarea difícil.Éste es el precio y la promesa de la ciudadanía.

Ésta es la fuente de nuestra confianza; la seguridad de que Dios nos pide que dejemos huella en un destino incierto.Éste es el significado de nuestra libertad y nuestro credo, por lo que hombres, mujeres y niños de todas las razas y todas las creencias pueden unirse en celebración en este grandioso Mall y por lo que un hombre a cuyo padre, no hace ni 60 años, quizá no le habrían atendido en un restaurante local, puede estar ahora aquí, ante vosotros, y prestar el juramento más sagrado.

Marquemos, pues, este día con el recuerdo de quiénes somos y cuánto camino hemos recorrido. En el año del nacimiento de Estados Unidos, en el mes más frío, un pequeño grupo de patriotas se encontraba apiñado en torno a unas cuantas hogueras mortecinas a orillas de un río helado. La capital estaba abandonada. El enemigo avanzaba. La nieve estaba manchada de sangre. En un momento en el que el resultado de nuestra revolución era completamente incierto, el padre de nuestra nación ordenó que leyeran estas palabras:"Que se cuente al mundo futuro... que en el más profundo invierno, cuando no podía sobrevivir nada más que la esperanza y la virtud... la ciudad y el campo, alarmados ante el peligro común, se apresuraron a hacerle frente".América. Ante nuestros peligros comunes, en este invierno de nuestras dificultades, recordemos estas palabras eternas. Con esperanza y virtud, afrontemos una vez más las corrientes heladas y soportemos las tormentas que puedan venir. Que los hijos de nuestros hijos puedan decir que, cuando se nos puso a prueba, nos negamos a permitir que se interrumpiera este viaje, no nos dimos la vuelta ni flaqueamos; y que, con la mirada puesta en el horizonte y la gracia de Dios con nosotros, seguimos llevando hacia adelante el gran don de la libertad y lo entregamos a salvo a las generaciones futuras.

Gracias, que Dios os bendiga, que Dios bendiga a América.

martes, 20 de enero de 2009

De Nuevo Estoy de Vuelta... Despues de Larga Ausencia...

Si existiera una palabra con la cual definir el regreso a la realidad cotidiana, después de días de sol, playas, o de simplemente estar hechado cual chivo cutipado, esa sería: ¡¡¡¡¡&&%$$=)??))·($///&!$$ªª$$·$!!!!!. Pero como no hay mal que dure cien años, tampoco hay vacaciones asi (excepto claro por Paris Hilton, aunque también ella tiene su cerebro de vacaciones por tiempo indeterminado)

Corrientes- Argentina
Asi que, como diría mi buen amigo el BRIKS, volvemos con la frente marchita, o al menos bronceada a enfrentar una larga lista de tareas, cuentas, y compromisos atasados, que se dejan para "la vuelta".
De esta forma, "la vuelta" de esos idílicos días que no volverán (al menos por un año) se transformana en una especie de "panic attack" que se tamiza entre, el tedio que nos provoca comenzar a retomar las obligaciones y una extraña furia interior, ya que los días de vaciones nunca parecen ser suficientes.... Estamos frente al Síndrome Postvacional
El Síndrome Postvacional

Todos hemos sufrido alguna vez alguno de los síntomas provocados por el llamado síndrome postvacacional. Aunque no es una patología propiamente dicha, contiene un componente de tristeza y angustia similares a una depresión, con la diferencia de que es mucho más leve y que pasa en pocos días.
Necesitamos un periodo de adaptación a los horarios, responsabilidades,
obligaciones... que suponen la
vuelta a casa y en ese periodo podemos sufrir angustia, ansiedad, cansancio, desgana, depresión o tristeza.
Además, existe una añoranza de los momentos pasados en el verano y probablemente los exageremos como si hubieran sido fantásticos en comparación con la nueva época laboral que calificamos de “odiosa”. No centres la atención sólo en el tema laboral. La vuelta a casa supone otras muchas cosas como el reencuentro con amigos, el sosiego de la rutina diaria, el control de los horarios y la tranquilidad del día a día. Otra manera de superar la vuelta a casa es pensando en nuevos proyectos y en cambios importantes. Ésto te estimulará y te ayudará a estar contento ante la llegada del invierno.
La primera semana de trabajo será dura y desearás que llegue el fin de semana enseguida. Muchos se incorporan a mitad de semana para aclimatarse mejor y trabajar menos días la primera semana. Si puedes hacerlo es un buen truco. Ponte al de dia de las últimas novedades y comenta chismes y cambios con tus compañeros en las horas de comida. Estos temas pueden resultar divertidos y te ayudarán a evadirte durante un tiempo.
Ruinas Jesuíticas de San Ignacio Mini. Posadas- Misiones
Posadas - Misiones

A lo largo del año es importante que hagas de tu tiempo libre algo agradable y satisfactorio, las tardes de sofá son muy agradables cuando son escasas; si se repiten todos los fines de semana se convertirán en algo deprimente. Ocúpate de disfrutar a lo largo de todo el año en pequeños momentos, de este modo no esperaras con tanta ansiedad la llegada del verano y tampoco sufrirás tanto cuando éste se acaba. Si lo dejas todo para el mes de agosto, ¿qué haces el resto del año? Desde luego que no es lo mismo ni se desconecta igual de las tareas cotidianas , pero si será un alivio si rellenas tu tiempo de ocio.

Evita la depresión y no seas negativa: Si eres una persona con tendencia a la depresión y a la negatividad, sabes que eres carne de cañón para padecer estos síntomas. Tú serás el responsable de conocerte a ti mismo, de saber cuales son tus momentos bajos y de buscar las soluciones que te ayuden a superarlo de la mejor manera posible. Cuando estás dentro del problema es difícil buscar una solución rápida, estás muy negativo y te costará mucho más.
Antes de que ocurra, sé previsor: realiza un listado con tareas gratificantes que vas a realizar a la vuelta del verano en tus primeros días de trabajo ¿a qué vas a dedicar las tardes y los fines de semana? Planifícate de antemano e infórmate de actividades posibles, personas que estarán disponibles para salir, etc.
De este modo te enfrentarás a la situación mucho más preparada y con soluciones rápidas a los momentos de agobio y tristeza.
Pareja de Yagüaretés en la Reserva del Puma. Posadas - Misiones

Si los síntomas persisten más de dos o tres semanas puede que estés sufriendo una verdadera depresión o algún otro problema asociado, no olvides pedir ayuda profesional si te encuentras mal durante este tiempo y si no encuentras soluciones por ti misma. Cuando vemos todo en negativo durante mucho tiempo, después, es difícil salir adelante sin ayuda.



Cataratas de Iguazú - Puerto Iguazú- Misiones

Y además ... sin trabajo, no habría vacaciones!!!
Garganta del Diablo- Puerto Iguazú - Misiones