Esa noche la fui a buscar, no podía soportar la idea de que me abandonara sin antes decirselo. La tomé entre mis brazos muy suavemente y traté de convencerla acerca de su partida. Le conté acerca de ese Paraíso en donde abundaba el pasto verde y los gorriones; en donde ya no habría dolor, ni sufrimientos; en donde las mariposas eran miles y revolotearían a su alrededor en una danza sin igual. También le comenté acerca de la plaga de cucarachas que San Pedro tenía en su cocina, después de que aquel angelito derramara el aceite de las milanesas.
Y para poner una cereza a aquel lugar le dije muy en secreto que Jesùs estaba esperando que alguien le espantara a los mil grillos que no lo dejaban dormir la siesta. Y que el jardín de la Virgen María se había llenado de pequeños saltamontes que arrasaban con sus jazmines y rosas
Le aseguré que Negrito, aquel vecino de infancia, la estaría esperando para jugar, como en aquellos tiempos. Y que si le sobraba un tiempito buscara a mi abuelita y le dijera que la extrañaba y que me olvidé decirle "gracias"...pero sobre todo le aseguré que yo iba a estar bien, que la extrañaría con todo el alma, pero que al final todos ibamos a estar bien.
No me pareció muy convencida, me miró con aquellos grandes ojos verdeamarillentos y me esbozó un ronroneo casi inaudible, quizás ella sabía, como ahora lo sé yo, que las cosas nunca estàn del todo bien, y a pesar de mis promesas de fuerza y valentía, cuando tuve que dejarla ir, se me hizo un nudo en las entrañas.
Espero que ella esté ahora en ese cielo cristiano del que tanto y tantos hablan, espero que esté persiguiendo pájaros, mariposas, grillos y sueños... y yo espero estar mejor... mañana, hoy quisiera llorar...
Y para poner una cereza a aquel lugar le dije muy en secreto que Jesùs estaba esperando que alguien le espantara a los mil grillos que no lo dejaban dormir la siesta. Y que el jardín de la Virgen María se había llenado de pequeños saltamontes que arrasaban con sus jazmines y rosas
Le aseguré que Negrito, aquel vecino de infancia, la estaría esperando para jugar, como en aquellos tiempos. Y que si le sobraba un tiempito buscara a mi abuelita y le dijera que la extrañaba y que me olvidé decirle "gracias"...pero sobre todo le aseguré que yo iba a estar bien, que la extrañaría con todo el alma, pero que al final todos ibamos a estar bien.
No me pareció muy convencida, me miró con aquellos grandes ojos verdeamarillentos y me esbozó un ronroneo casi inaudible, quizás ella sabía, como ahora lo sé yo, que las cosas nunca estàn del todo bien, y a pesar de mis promesas de fuerza y valentía, cuando tuve que dejarla ir, se me hizo un nudo en las entrañas.
Espero que ella esté ahora en ese cielo cristiano del que tanto y tantos hablan, espero que esté persiguiendo pájaros, mariposas, grillos y sueños... y yo espero estar mejor... mañana, hoy quisiera llorar...
1 comentario:
Te deseo un feliz verano, comento poco, sois muchos los que me tenéis atrapado con vuestras letras, pero os tengo siempre muy cerca de mi corazón.
Hoy toca saludar a los que aman el verbo a los que disfrutan de las letras.
Un abrazo.
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